¿Qué puedo hacer para que mi hijo vuelva a comer?
- Hacer de la comida una experiencia divertida. En lugar de llenar el plato en exceso, os recomendamos ofrecerles a vuestros hijos platos originales y en pequeñas cantidades. Por ejemplo: mini hamburguesas con patatas baby, divertidos platos de pasta, pequeñas flores de brócoli y zanahorias baby. También para evitar que los más pequeños rechacen las verduras, podéis disfrazarlas, mezclándolas con una salsa de tomate y sirviéndolas con pasta.
- Cocina con tus hijos. A la mayoría de niños/as les encanta ayudar a sus papás y mamás a cocinar. Pequeñas y fáciles tareas como exprimir naranjas para hacer zumo natural o cascar los huevos son muy recomendables para estimular las capacidades de los más pequeños. Además, participar en la planificación y la preparación de una comida suele abrirles el apetito.
- Comer Juntos. En la medida de lo posible, debéis intentar comer con vuestros hijos/as. Las comidas familiares pueden hacer que tu hijo/a cambie su actitud hacia la comida. Sobre todo es importante quitar el foco de atención sobre la comida del niño/a y mantener una distendida conversación familiar. De esta manera, seguro que comerán sin darse cuenta.
- Ser positivos. Ante todo, debéis intentar que las comidas sean una experiencia positiva. En este sentido, os aconsejamos que felicitéis al niño/a cuando come bien o prueba algo nuevo. Todo ello hará que la hora de comer sea un momento agradable tanto para vosotros como para vuestros hijos.
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