Los síntomas de la varicela pueden empezar como un catarro o resfriado. Escalofríos, náuseas, vómitos, nariz tapada o muchos mocos, estornudos, tos y con sensación de fiebre alta. Pero, si al cabo de 1 a 2 días, aparecen en cualquier parte del cuerpo puntos rojos o rosados, granitos y un sarpullido en la piel: es varicela.
Los puntos rojos se convierten en ampollas rodeadas de un área de piel enrojecida que se llenan con un líquido transparente, las vesículas. Transcurridas de 24 a 48 horas, el líquido se vuelve turbio y las ampollas empiezan a reventarse. Al cabo de aproximadamente una semana, todas las ampollas deberían estar cubiertas de costras y empezar a cicatrizar.
Y, ¿por qué la varicela produce picor?
Las vesículas liberan sustancias químicas que estimulan los nervios que se encuentran en las capas superiores de la piel. Los nervios informan al cerebro que está detectando el picor. Así que, cuando empieza a picar es porque el organismo ha puesto en marcha sus mecanismos de defensa.
El picor desaparece aproximadamente en tres o cuatro días. Tras una semana, se formarán costras en las vesículas, y se deja de sentir tanto picor.
¿Qué hacer mientras dura el picor?
No esperes para tratar la varicela de tu hijo. ¡Alíviale el picor!
Mientras dura el picor de la varicela es muy importante no rascarse y aplicar NEO PEQUES® PoxClin® CoolMousse, que provoca un alivio inmediato del picor producido por la varicela, ayuda a la piel a sanar más rápidamente y previene la cicatrización.
Debemos recordar que las ampollas de la varicela aparecen a oleadas, de modo que, después de que algunas de ellas se empiecen a reventar, puede aparecer un nuevo grupo. Recordar también que, aunque la cantidad de granos varía mucho de una persona a otra, la erupción puede llegar a ser generalizada y extenderse rápidamente por todo el cuerpo.
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