Hace poco entraba en vigor el nuevo Reglamento Europeo 432/2012, por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos distintas de las relativas a la reducción del riesgo de enfermedad y al desarrollo y la salud de los niños.
Con la puesta en marcha de esta nueva norma, a partir de ahora únicamente se podrán publicitar e indicar en el etiquetado de alimentos las propiedades que aparecen en el listado de alegaciones que recoge este Reglamento, que vienen respaldadas por sólidas evidencias científicas. Todo alimento que esté fuera de la lista, no podrá hacer referencia esas propiedades en sus comunicaciones comerciales.
No ha sido distinto en el caso de los aceites de oliva. Según indica la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, el Reglamento reconoce hasta tres alegaciones que se podrán utilizar en la comunicación comercial del producto, en atención a las virtudes saludables de tres elementos presentes en su composición:
La sustitución de grasas saturadas por grasas insaturadas en la dieta contribuye a mantener niveles de normales de colesterol sanguíneo. El ácido oleico es una grasa insaturada
Así reza la alegación que ha entrado en vigor. Pero para entender realmente qué efectos concretos tiene el ácido oleico, un experto investigador en la materia, José López Miranda, catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba y director de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, explica: “Hoy día hay un hecho que es irrebatible y es que el ser humano ha de consumir la mínima cantidad de grasas saturadas posibles (presentes fundamentalmente en los alimentos de origen animal), la mínima. Si interpretamos bien esta alegación, lo que nos está diciendo es: sustituyan ustedes las grasas saturadas por otras grasas insaturadas. Lo hemos de hacer a base de sustitución con aceites ricos en ácido oleico. Y uno de ellos, el más importante, es el aceite de oliva. Reduce drásticamente los niveles de colesterol que es uno de los principales factores de riesgo que conducen a la enfermedad cardiovascular”.
Fuente: Diario de Gastronomía
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